Del regreso de Bunbury a España para tocar en el Wizink, 6 años
después, mucho se ha comentado ya. Parece unánime el comentario "Bunbury
está en plena forma". Volvió por todo lo alto, arrasó cual huracán y fue
profeta en su tierra.
Haber visto el concierto del Madison Square Garden de Nueva York y el
concierto del pasado sábado, en el Wizink Center de Madrid, nos
regala cierta perspectiva de los shows como un conjunto o una unidad
independiente.
Si, es verdad, los sets list de ambos recintos son calcados. Son 24 temas
cerrados los que lo componen, ni uno más, ni uno menos, ni uno distinto.
Esto no da lugar a la duda y hace de los "putos" Santos Inocentes
una maquina perfectamente engrasada de sonar bien. Si a esto le sumas la
calidad artística de Ramón, Quino, Erin, Rebenaque, Robert,
Álvaro y Jordi, pues el sonido encima del escenario es una
verdadera apisonadora. Sin contar que, salvo Erin, todos se conocen y han
tocado juntos desde hace unos cuantos años ya.
El show es igual, nada cambia en la iluminación o en las proyecciones. Esto
es una absurda obviedad, ya que lo hacen así todos los grupos del mundo,
pero solo quiero enfatizar en la idea de que todo aquello que rodea al
músico es exactamente igual en ambos recintos.
Bunbury es el mismo en ambos recintos y podríamos caer en el error de
pensar que también eso era igual en ambos conciertos. Gracias al azar, a la
suerte o a los sentidos, hay un ligero matiz que hizo totalmente diferentes
ambos conciertos. Las emociones personales. Ese intangible, tan abstracto y
etéreo, que hace que todo varíe y se aleje de cualquier posibilidad de
control.
Nosotros tuvimos 2 percepciones muy distintas en ambos shows y, por
fortuna, tuvimos la suerte de poder vivir las dos.
Nueva York fue un concierto que se celebró en un recinto emblemático
y que congregó a público de EE.UU, México, Colombia, Santo Domingo,
Argentina, Puerto Rico, Colombia, Honduras o España, entre otros. Bunbury
era una persona feliz y emocionada en cada momento y en cada canción encima
de las tablas. Seguramente sea un matiz perceptible solo para los que
estuvieron dentro del recinto y que los diferentes videos que hay por las
redes, no terminen de transmitirlo bien. Aquel que ha seguido al músico
maño con atención, no solo fervor, podía ver en su mirada una sensación de
tremenda gratitud a la vida por permitirle vivir ese momento. Gratitud por
darle la oportunidad de volver a subirse a un escenario para compartir sus
composiciones y volver a sentir la aceleración de las pulsaciones al subirse
a las tablas.
Madrid fue otra cosa, fue el ruido, la rabia y la furia. Un Bunbury
pletórico y desatado demostró, por enésima vez, que es un animal escénico…
que es un hombre de acción. Hubo emoción y gratitud, pero el maño fue un
torbellino desbordante, durante dos horas, encima del escenario. Podríamos
pensar que fue algo así como una auto reivindicación del estilo
"Soy Enrique Bunbury, estoy aquí, nunca me fui… pero he vuelto"
.
Para los más nostálgicos, en Madrid vimos al Bunbury imperial y dominador,
al Bunbury al más puro estilo Héroes del Silencio. Pero también
vimos al Bunbury profesional, al artista global de su etapa en solitario.
Sin duda esta es una suma perfecta y todo, dentro del mismo caldero del
Wizink, creó el ambiente óptimo para en concierto épico y mítico.
Otra de las grandes incógnitas, antes de empezar la gira de "Shows Únicos",
era saber cuántos y cuales iban a ser los temas que sonarían de Héroes del
Silencio. Maldito Duende era uno de los fijos en las últimas
giras y parecía apuesta segura para el set list. En otras giras habían
sonado temas como Deshacer el Mundo, Iberia Sumergida o Mar
Adentro. El repertorio de la banda zaragozana es amplio y consta de
pelotazos tan importantes como La Herida, La Sirena Varada o La
Chispa Adecuada. Posiblemente entraba en pocas quinielas la elegida y
solamente Enrique sabrá el motivo de la elección de
Entre dos Tierras
. Tenemos claro que no es una elección al azar, que habrá algún motivo de
peso para su inclusión y que alguna simbología debe esconder detrás. En
tiempos en los que se habla, una vez más, de una posible nueva gira de
reunión del grupo, el músico aragonés elige los dos pelotazos mundiales que
dieron a conocer a la banda ante el gran publico y con las que lo
reventaron en España, América y Europa.
Los temas más pretéritos del cancionero propio del maño, pongamos que
hablamos de
Lady Blue, El Extranjero, Apuesta por el Rock & Roll, Infinito
o De Todo el Mundo ya sabemos que funcionan como un tiro en
directo y que alteran al respetable. Quedaba por ver como funcionaban los
temas de los discos que no había dado tiempo a probarlos en directo. Pues
está claro que tenemos nuevos clásicos como Alaska, el
pepinazo que es Invulnerables y la preciosidad sensorial en
que se convierte Desaparecer y que se eleva a una nueva
dimensión en directo.
El hombre delgado no flaqueó en Madrid y confirmó que es hombre de
acción…