Seguramente sean los años que uno empieza a tener a las espaldas y el
elevado número de conciertos a los que he tenido la suerte de poder
asistir, pero cuando vamos a algún show / festival, tenemos la necesidad de
vivir una experiencia completa que aúne música con buen rollo, buenas
instalaciones, buena visibilidad, un entorno amigable y la posibilidad de
sentir que estas dentro a un momento único. Aunque esto parezca una
obviedad, no es tan fácil de encontrar en los tiempos que corren de
festivales acelerados por la premura temporal. Habrá mas, seguro, pero para
nosotros el ciclo de conciertos de las Noches del Botánico es uno de esos
momentos especiales que siempre se vuelven únicos. Llegar al Real Jardín
Botánico de Universidad Complutense de Madrid, saltar del áspero asfalto
capitalino al oasis de vegetación que envuelve todo el recinto, es
transportarte a un momento de paz difícilmente explicable. Sus puestos de
comida, bebida, artesanía o merchand que se mimetizan perfectamente con el
entorno y algo tan mundano como los baños están extremadamente limpios
(para lo que se suele ver en las grandes aglomeraciones musicales).
El sábado teníamos una cita con Rulo y La Contrabanda. Uno de esos
últimos especímenes que nos quedan (por suerte) haciendo rock del bueno
encima del escenario. Ya fuera en La Fuga o en solitario, el
de Cantabria ha evolucionado en su sonido o en sus letras a lo largo de los
años, pero ha mantenido intacta esa manera de enfrentarse a la música con
el respeto del que hace algo desde las entrañas.
Se apagaban las luces y empezaban los primeros acordes de
Confeti
, a la que seguían la Cabecita locayMi Cenicienta.El
show había empezado, no sin una buena dosis de incertidumbre durante todo
el día, porque el tiempo lluvioso y ventoso que amenazaba en Madrid durante
la mañana…. era bastante sospechoso. Dudas disipadas, era momento de
guitarra y de temazos. Sonaron temas de última hornada como
A lo Bonzo
o Verano del 95 y temas más míticos como
Heridas del Rock&Roll
. Temas que seguramente disfrutaron algunos de los buenos amigos músicos
con los que cuenta en cantante, que pudimos ver por el recinto y por el
Backstage, como Dani Martin, Coque Malla o Andrés Suarez.
La noche no paraba, no decaía el ritmo y el sonido era realmente limpio.
La Flor, Me Quedo Contigoo Dentro de una Canción
eran coreadas de principio a fin por todo el respetable, incluso los más
pequeños. Vamos a detenernos un rato en esta circunstancia que nos llama la
atención y nos alegra, a partes iguales. Da gusto ver a niños, bastante
pequeños, en los conciertos de música, cantando las canciones de Rulo (de
principio a fin) a hombros de sus padres. Quizás esto parezca algo vacío,
banal y sea simplemente repetir lo aprendido en casa de sus padres, pues
puede ser, pero seguramente los mensajes y valores que mandan estas
canciones son bastante más formativos productivos e igualitarios que los
que inundan actualmente a la juventud.
No podemos dejar de mencionar el pedazo de banda que le acompaña y que
arropa a la percepción a Rulo. Fito Garmendiao
Enrique Mavilla
son de esos buenos ejemplos de músicos de que llevan esto en la sangre, en
el silencio del segundo plano y que con ellos, los solistas o grupos,
alcanza una nueva dimensión y se acercan a la excelencia.
Llegó el momento del bis y el respiro final para afrontar el último tramo
del concierto. Aquí ya no había nada que dejar en el bolsillo y llegaron
temas como Cuestión de Fe, Tu mejor Versión, Pa´ qui Pa´ llá
y esa maravilla que es 32 Escaleras con la que finalizó el
show. Fueron 22 los temas que compusieron el set list preparado para la
ocasión, en los que convivieron temas más vetustos con temas más modernos.
El de Reinosa tiene un repertorio poderoso que le permite armar shows
contundentes como el del sábado.
La grandeza de algunos músicos reside en hacerte sentir que son personas
como tú, que cuentan historias que tú no eres capaz de plasmar en un papel,
pero que has podido vivir de una manera muy similar. Posiblemente esto lo
refleje muy bien en una frase que dijo el músico durante el concierto.
"Soy un chico de Reinosa, me llaman Rulo… pero soy Raúl"