Era noche de viernes, era noche de concierto, era noche sin
acreditación de prensa, sin crónica ni cámara, era noche de
entradas compradas para disfrutar de la música, era la noche de ayer
en Madrid.
¿A qué se debía cortar por una noche todas nuestras
costumbres y rutinas? Era momento de ver como la Reina Pez
renacía de blanco satén para volar… volar y voló
durante un par de horas VEGA por la noche madrileña y por los
cuerpos de los fieles que llenaron el popular Teatro Barceló (para
alguno más vetusto, como el que escribe, la antigua discoteca
Pachá). Antes de entrar en el concierto en sí y como apunte sobre
el Teatro Barceló, creo que uno de los peores sitios para ir a
ver un concierto debido a su forma y a su acústica. La poca altura del
escenario hace que mucha de la gente situada al fondo de la sala,
literalmente, no vea nada del escenario y que le llegue el sonido de manera
deficiente. Con la Joy Eslava en obras, en Madrid tenemos un
claro déficit de salas medianas de buena calidad.
Pero volvamos al concierto y a nuestra falta de palabra para no poder
evitar cargar con la cámara de fotos y ponernos a escribir unas
líneas sobre lo vivido anoche. Vayamos entonces a por ello, un golpe
en el pecho y a por ello.
Renacida de Blanco inmaculado y brillante, apareció sola y guitarra en
mano, VEGA en el escenario pasadas las 21.00h
Fue una noche más que de canciones, fue una noche de emociones. Es
decir, creo que fue más importante lo que se iba a vivir que las
canciones que componían el set list. Más allá de ver que
canciones de Mirlo Blanco sonarían, la emoción que
se palpaba en la cara de Vega y de los asistentes era ver, como
después de luchar contra el vendaval interno que sacudió a la
cordobesa después de su concierto en Madrid el 5 de Octubre de 2019 y
que dio como resultado su disco (no previsto) Diario de una noche en Madrid (2020).
El concierto se dividió en 2 partes de un mismo todo (no hubo lugar
para esos ridículos bises de cartón piedra que se hacen en muchos
conciertos). Una primera parte donde se mezclaron canciones de toda la
discografía que pasaron por temas clásicos como
Tanta Decepción, Sally, ¡Qué no te pese!, Dónde
estabas tú
o Reina Pez y algunos del último trabajo en un ritmo
tranquilo e íntimo. La segunda parte del concierto se aceleró un
poco más y las pulsaciones subían con temas como Mirlo Blanco, Casa - Madrid, Bipolar o Un Golpe
.
No nos dejemos, ni por un segundo, de mencionar la pedazo banda que
acompaña a Vega desde hace ya muchos años y que con Kike Fuentes a la cabeza son el soporte perfecto de la
cantante, incluso cuando los medios técnicos la dejan sin el retorno y
tiene que terminar la canción a la antigua usanza. Otra mención
para el creador de atmósferas y paisajes que es Budiño y que se
subió al escenario en el tramo final de show para acompañar a la
cantante.
No habíamos visto o leído mucho sobre conciertos anteriores de
esta gira pero nuestro presentimiento es que la noche debía cerrar por
todo lo alto con un temazo como es Patria. Los duendes
interiores no nos fallaron y la noche en que Vega
renació de blanco satén en Madrid, después de una noche
eterna, y donde pudo poner su nuevo plumaje al sol y al son de la
música otra vez, acabo por todo lo alto volviendo a renacer como el
rio.